Julio 2014
Nº 69, AÑO 10

 
   

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 EDITORIAL

 

Reconstrucción de la República pasa por la renovación del CNE

 
 

urante los últimos meses hemos asistido a un contexto político donde la sociedad demanda la reestructuración de las instituciones, el respeto a la Constitución y la renovación de las garantías democráticas elementales; todo esto como piso fundamental para la construcción de procesos de diálogo que permitan la comunión de los diversos sectores del país en la común tarea de superar las dificultades por las que transita la república. 

La actual situación de las instituciones democráticas así como la falta de independencia de los Poderes Públicos, han sido el resultado de tres lustros de maniobras políticas consecutivas orientadas por una visión totalizante del poder que se han materializado a través de la aplicación parcializada de la Constitución para dar apariencia de legalidad, la represión de toda oposición e ideas contrapuestas y una estrategia electoral que se ha caracterizado por: el ventajismo exacerbado; la condensación de imágenes por representación simbólica; la mitificación del líder, desarrollando una campaña que se fija en la grandilocuencia del liderazgo, la minimización del adversario y no en el debate de ideas; la hipersimbolización del sistema ideológico, lo cual resume el sistema ideológico a emblemas irrenunciables (la Patria, el Libertador, etc.); la aplicación de la comunicación como verdad suprema; y la ocultación de la realidad política, orientada a resaltar lo accesorio y ocultar lo esencial. 

Desde Súmate hemos denunciado desde hace más de una década la transfiguración de los Poderes Públicos y su absoluta dependencia del Poder Ejecutivo. Ya en 1999 la Asamblea Nacional Constituyente a través del decreto de “Régimen de Transición del Poder Público”, nombró a los nuevos Magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y Rectores del Consejo Nacional Electoral (CNE), violando lo establecido en el recién estrenado texto constitucional y comenzando a aplicar ese tipo de prácticas al margen de la ley. Ese TSJ nombrado discrecionalmente, suspende las Mega Elecciones del año 2000 y ocasiona la renuncia de los primeros Rectores del CNE, dando paso a que la Comisión Legislativa Nacional (una instancia de la aún plenipotenciaria Asamblea Nacional Constituyente) organizara la conformación de un nuevo directorio del CNE. Este segundo directorio del CNE nunca fue ratificado por el nuevo parlamento nacional, electo en Julio de 2000, ni sustituido por la dificultad de lograr un acuerdo político que alineara a las dos terceras partes (2/3) de la AN, ante la pretensión de la bancada oficialista de conformar un directorio parcializado políticamente. En 2003, tras la renuncia de varios rectores del CNE y la suspensión de un Referendo Consultivo por parte del TSJ, el máximo tribunal sentenció una “omisión legislativa” y procedió a nombrar un tercer directorio del CNE, extralimitándose en sus funciones y violando lo dispuesto en la Constitución en cuanto a la independencia política que deben tener sus miembros. Posteriormente en 2005, el TSJ reincidiría en su extralimitación de funciones y en la inconstitucionalidad de sus actos al sustituir mediante sentencia a dos de los miembros de ese directorio, sin considerar a sus respectivos suplentes. En 2006 la AN iniciaría por primera vez el proceso para la sustitución de los rectores del CNE de acuerdo con la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Electoral; sin embargo, el Comité de Postulaciones se conformaría con 16 de 21 integrantes militantes activos de los partidos políticos del llamado Polo Patriótico y posteriormente el CNE se integraría con mayoría de Rectores identificados con el Gobierno Nacional. En 2009 se inicia el proceso para la sustitución de dos rectores del CNE de acuerdo con la Ley, pero después de numerosos vicios procedimentales y legales, los diputados de la Asamblea Nacional nombran a dos rectoras que eran militantes activas del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) al momento de su postulación. Vale destacar que desde Súmate se introdujo un recurso de nulidad ante esta ilegalidad en el TSJ y hasta el día de hoy, después de casi 5 años y 7 diligencias, el máximo tribunal no ha dictado sentencia al respecto. 

Más allá de la ilegitimidad de origen que han presentado los 6 directorios del CNE en 15 años, resulta determinante la desconfianza que esta institución ha generado por lo menos en una significativa parte de la población, como consecuencia del sesgo en la regulación del ventajismo, el castigo a la intimidación en el ejercicio del voto y la no prohibición del uso de recursos públicos para realizar campaña electoral, entre otras decenas de violaciones a las leyes electorales denunciadas y documentadas por Súmate y otras organizaciones desde hace más de una década, que ha puesto en entredicho la legitimidad de las autoridades electas por el voto popular en los más de 18 procesos electorales que se han realizado desde 1999. 

Es éste el contexto en el que durante 2014 se ha iniciado el proceso para la sustitución de 3 de los 5 Rectores del CNE que se encuentran vencidos en sus cargos desde abril de 2013. Aunque hasta ahora no han cesado los vicios procedimentales ni las prácticas violatorias de la Constitución y la ley en el proceso para la selección de los rectores, desde Súmate hemos impulsado a la sociedad civil a participar activamente en este proceso. Esta participación, aunada a la presión de la opinión pública y las organizaciones políticas, ha rendido sus frutos: entre el 1 y 8 de abril fue constituida la Comisión Preliminar Electoral, con un balance de 6 diputados de la bancada oficialista y 5 diputados de la bancada de oposición, y hay una gran expectativa en que durante los próximos días las dos terceras partes de los diputados de la AN seleccionen, como representantes de la Sociedad Civil en el Comité de Postulaciones Electorales, a 10 ciudadanos independientes de una lista de 20 que ya fue aprobada y difundida el pasado 23 de julio. 

No obstante, y aunque la experiencia histórica nos invita al escepticismo, el llamado desde Súmate es a permanecer alerta; a no claudicar en la presión y la labor de contraloría ciudadana; a postular a los cientos de ciudadanos independientes políticamente que están capacitados ética y profesionalmente para asumir la responsabilidad de formar parte de un CNE imparcial, transparente y justo; a informarse, involucrarse e involucrar a otros; y a organizarse en el ejercicio de las múltiples alternativas democráticas de participación de éste y otros procesos como el de sustitución de 11 Magistrados del TSJ. 

Es inaceptable cualquier escenario que conduzca a una fórmula de adjudicación de los Rectores del CNE por cuotas según representación de partidos o tendencia política. Cualquier movimiento en ese sentido pone en riesgo la estabilidad política y la gobernabilidad en el futuro inmediato. A la vista están los resultados exhibidos por los 6 directorios anteriores del CNE que nos han llevado a la actual crisis de legitimidad de las instituciones públicas y de desconfianza en los resultados electorales. El clima político actual es muy volátil como para soportar un eventual cuestionamiento masivo a las elecciones por venir en los próximos años. 

Una solución pacífica de la conflictividad política, como único camino para la construcción de una unidad nacional que elabore y ejecute una agenda común para la reconstrucción social y económica de la República, pasa por la renovación de las instituciones y de los mecanismos democráticos que permitan dirimir electoralmente las diferencias. En este sentido es imperativo contar con un CNE renovado, que en el marco de la transparencia, la libertad y la justicia, se coloque de cara al país como un verdadero administrador electoral, haga respetar las reglas del juego y le regrese a los ciudadanos la confianza en el voto como mecanismo para la solución de la crisis. 

En el horizonte ya se dibujan las Elecciones Parlamentarias de 2015 y posibles procesos de Primarias para la elección de los candidatos de los diferentes partidos o alianzas en cada circunscripción: ¿Contará el nuevo CNE con la legitimidad para que los ciudadanos asistan a votar en 2015 en unas elecciones transparentes, libres, justas, sin intimidación ni ventajismo? ¿Podrá este nuevo CNE ser el garante de un proceso abierto, plural, democrático, libre e imparcial de relegitimación de las instituciones? Son esos los desafíos que la Asamblea Nacional tiene por delante con la selección de los Rectores del CNE, el futuro de la Democracia es hoy su responsabilidad. Desde Súmate les exhortamos a dejar atrás los vicios procedimentales, las ventajas institucionalizadas durante 15 años y asumir el reto histórico de darle al país un verdadero administrador electoral, uno que no se ponga la camisa de ninguno de los equipos. La paz depende de ello.

 

 

Monitor Electoral: una publicación de Súmate
Director: Roberto Abdul — Jefe de Información: José Enrique Delgado
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